El condicionamiento humano

La manipulación desde la infancia hasta el adulto

Deseamos “avanzar” o profundizar en el proceso de auto conocimiento y, por tanto, acercarnos a vivir desde el corazón, que es lo mismo que vivir despiertos, ampliando conciencia.

Bien, pero nos damos cuenta, gracias al funcionamiento de nuestra mente, que no podemos conocernos sin saber primero cuales son nuestros condicionamientos, el software con el que fuimos programados.

Una vez los conocemos, podemos separarnos de aquello que no queremos o no nos corresponde para nuestra nueva etapa evolutiva.

Así aprendemos a experimentar por nosotros mismos de una forma nueva, elegida y que no esté programada por los condicionamientos del pasado.

Este viaje requiere coraje 😉 ya que a veces, están tan bien grabados, que no reconocemos como afectan a nuestro presente y supone un movimiento profundo e importante simplemente el darse cuenta.

Se trata de preguntarse, ¿estoy viviendo la vida que yo quiero o la que otros querían?

En la infancia, nuestra prioridad vital se basaba en tener una dirección y guía con los cuidadores de referencia. Normalmente, en la infancia no solemos cuestionarnos ni examinar las normas y moralidad que vivimos, así que en su mayoría fueron integradas en el más profundo inconsciente.

Luego, la educación, la cultura y el entorno social se convirtieron en una fuente de códigos de comportamiento, y la base moral sobre la que sustentar nuestra vida.

Y si hemos sido o conocemos a niños rebeldes, ya sabemos cómo actúa la familia, escuela y entorno médico, generalmente castrando, castigando conductas disidentes.

Esto ahora es mucho más grave, porque los están etiquetando con enfermedades psiquiátricas tipo TDH y hasta tratando con remedios farmacéuticos.

Así que, en general, solemos aceptar sin cuestionar, pues no disponemos de los recursos suficientes para separarnos de eso, que viene impuesto por nuestros cuidadores y nos adaptamos inconsciente y profundamente.

Finalmente, crecemos con una colección de valores y normas, entendiendo que, si vivimos y pensamos de esa manera, todo “irá bien”, y lo que es más importante, recibiremos amor, atención y aprobación. Al fin y al cabo, nos sentimos cierta seguridad.

El miedo a abandonar los condicionamientos

Cuando empezamos a realizar el trabajo honesto de introspección, de acercarnos a una voz, que no es la externa, a esa voz que no está condicionada desde los elementos antes mencionados, podemos decir que vamos acercándonos a nuestra propia verdad, a nuestra esencia.

Ahí se da un interesante conflicto entre el anhelo por la verdad y el miedo al cambio.

“El miedo es una reacción natural al acercarse a la verdad”.

Nos vemos divididos entre la pasión por la vedad y el miedo al cambio.


Embarcarse en el maravilloso proceso del auto conocimiento, tiene sus riesgos, y es que se activa una nueva inteligencia, y empezamos a conectar con la incoherencia entre las normas que aceptamos, – con las que hemos vivido todos estos años- y el llamado a nuestra verdad.

Podemos descubrir nuestros patrones, que ya no necesitamos, o conductas automáticas, que ya no nos benefician.

Ahí nace la posibilidad de un cambio evolutivo desde la conciencia individual, conectando con el poder de elegir. Eso suena apasionante, pero también trae sentimientos de culpa, traición al árbol y miedo al cambio.

Puede que el paso más difícil sea cuestionar las normas y moralidad de nuestra colección de condicionamientos. También corremos el riesgo de soltar las antiguas creencias y condicionamientos y cambiarlas por unos nuevos, más adaptados a nuestro ahora. Esto puede ser útil un tiempo, siempre y cuando nos demos cuenta de que lo estamos haciendo.

La propuesta es conectar con nuestra confianza y seguridad. Una nueva inteligencia que nos permite tomar las decisiones aquí y ahora, sin tener en cuenta los condicionamientos del pasado.

Pero, para ello, es importante saber de qué pasta está hecha el molde de nuestras creencias.

Preguntas a nuestro corazón para identificar los condicionamientos

Te propongo que te detengas, entres en un estado meditativo, llegando a un estado de mente relajada, cuerpo conectado y corazón abierto. Y es ahí que abrirse a dialogar con el corazón en base a estas preguntas:

1. ¿Qué hiciste en la infancia, para recibir amor y atención? (progenitores, maestros, amistades, familiares, etc.…)

2. ¿Qué sigues haciendo hoy en tu vida adulta para recibir amor y atención? (relaciones, parejas, amistades, entorno laboral, …)

3. ¿Qué es para ti ser buena persona? ¿qué es lo que hace que alguien sea buena persona?

4. En nuestra infancia, adolescencia: ¿qué teníamos permitido y qué no?, en cuanto a expresión de emociones como la ira, rabia, miedo, tristeza, tus facetas creativas. ¿qué juicios te han impuesto?

5. ¿Cómo te juzgas actualmente?

6. ¿En qué sientes que te has traicionado?

Pregúntate, cuestiónate sobre lo anterior y las respuestas llegarán en la medida en que te conozcas cada vez más.

¿Y tú, has descubierto algún condicionamiento?

Cris Koro
Cris Koro

Acompaño a desplegar proyectos alineados con el propósito vital y con el nuevo paradigma humano al que nos aventuramos.

Deja un comentario

Descubre más desde Maestro Corazón

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo